• Contacto
  • Cuentacuentos
    • Experiencia
    • Una muestra (videos)
  • Libros
    • El secreto de Lucía Morke
      • Noticias y reseñas sobre «El secreto de Lucía Morke»
    • Otras publicaciones
    • Santa Jordina
  • Presentación

Encuentosydesencuentos's Blog

~ Un paseo entre cuentos y libros con Inés Macpherson

Encuentosydesencuentos's Blog

Archivos mensuales: febrero 2020

Las lealtades, de Delphine de Vigan (Anagrama)

24 lunes Feb 2020

Posted by encuentosydesencuentos in Lecturas y reseñas

≈ Deja un comentario

Etiquetas

Delphine de Vigan, Editorial Anagrama, Grup 62, Las lealtades

Descubrí a Delphine de Vigan gracias a su extraordinaria Nada se opone a la noche (Anagrama, 2012) y desde entonces disfruto adentrándome en las historias que construye. Eso sí, las realidades que retrata no suelen ser amables. Sabe contemplar el mundo sin maquillar ni juzgar, sin querer esconder el dolor, la culpa, la soledad o la angustia. Tampoco pretende sentar cátedra ni señalar la moralidad o inmoralidad de los actos y pensamientos de sus personajes. Simplemente son. Están allí. Ella observa y nosotros lo hacemos a través de su prosa.

En Las lealtades, publicada en octubre de 2019 por Anagrama en castellano y por Grup 62 en catalán, Delphine de Vigan nos presenta a diversos personajes. La primera es Hélène, una mujer que lleva unos años en la docencia y que ha aprendido a observar a sus alumnos, porque a veces se puede leer en una postura la historia de una persona. Es lo que cree estar haciendo con Théo, uno de sus alumnos. Con doce años y medio, Théo parece cansado, retraído. No se separa de su mejor amigo, Mathis, y eso tendría que ser algo bueno, porque significa que el chico socializa, pero Hélène sospecha que hay algo más, que le ocurre algo; algo que pasa entre las cuatro paredes del hogar.

A partir de las suposiciones de Hélène, iremos descubriendo su historia, la de Théo, la de Mathis y la de su madre, Cécile. Otras historias se irán desgranando a su alrededor, detonantes de unas situaciones donde la identidad, la amistad y sobre todo la lealtad se pondrán a prueba. ¿Debemos ser leales a nuestros amigos y callar porque nos lo han pedido, aunque sepamos que ese silencio puede ser mortal? ¿Debemos ser leales a nuestra pareja y callar porque hemos descubierto que guarda un secreto? ¿Debemos ser leales a nuestros padres y callar porque también nos lo han pedido, aunque ese silencio puede destruirlos a ellos y a nosotros mismos?

41in0VJR8XLportada_les-lleialtats_delphine-de-vigan_201907230925

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El pequeño fragmento de mundo que nos ofrece De Vigan en esta novela está compuesto por cuatro voces narrativas: las dos adultas hablan en primera persona, mientras que el foco en los dos adolescentes pasa a una tercera que permite observar y estar dentro de su cabeza pero con cierta distancia. Aunque esos son los cuatro personajes principales, hay otros que circulan a su alrededor como motores de la crisis que hace que todo se tambalee. Como el título indica, este es un libro que nos habla de lealtades, de esos pactos por los que a menudo consideramos qué podemos decir y qué no, qué podemos hacer y qué no. Lo que hace la autora es demostrar cómo esas lealtades crean lazos de unión, pero también soledades, aislamientos que nos impiden comunicarnos incluso cuando sabemos que es la única solución para salvarnos o para salvar al otro. Aquello positivo puede llegar a ser negativo y a la inversa, creando una ambigüedad que, a su vez, permite contemplar algunos de los aspectos más duros y dolorosos de nuestra sociedad.

Hay algo tenso en la historia y en la prosa que utiliza De Vigan. No es un lenguaje hiriente, pero lo que nos cuenta lo es. Nos golpea poco a poco, arañando el velo con el que a menudo se cubre todo aquello que no queremos ver. La necesidad de encajar, de ser y acatar lo que se espera de uno mismo; las heridas que dejan marca para siempre y te arrancan posibilidades que otras personas seguirán teniendo; la traición, la depresión, el pozo por el que podemos caer arrastrando a aquellos que más queremos; pero sobre todo el silencio, ese silencio que se nos atraganta y entonces gritamos; gritamos como Hélène cuando comprende que ocurre algo y que no puede hacer nada, simplemente contemplar cómo parte del sistema sigue abriendo en canal una herida que ella cree reconocer.

Y es que el personaje de Hélène representa un comportamiento interesante. Ella, marcada desde la infancia, observa el mundo desde sus heridas. Se hizo una promesa hace años y quiere cumplirla, pero a veces cuando nuestro infierno nos señala con tanta fuerza, es difícil imaginar otros infiernos, otros pozos por los que descender que no sean los propios. Y eso nos permite comprender que, a menudo, contemplamos el mundo únicamente desde nuestros ojos, incapaces de ver más allá porque las cicatrices no nos dejan pensar algo distinto. En un momento, Hélène dice que «A veces me digo que hacerse adulta tan solo sirve para eso: reparar las pérdidas y los daños del comienzo. Y mantener las promesas del niño que hemos sido».

Pero a veces el niño que hemos sido no quiere ser. O como mínimo no quiere sentir, no quiere pensar, porque se siente atrapado. Eso es lo que le ocurre a Théo, y en parte también a Mathis: dos adolescentes completamente distintos, pero que sienten una soledad que les pesa. En el caso de Théo, hay también una angustia que no puede compartir por esa lealtad que le cierra la boca y que, además, le obliga a dividir su mundo en dos: el de su madre y el de su padre, divorciados. Por eso el alcohol para Théo es diferente. Para Mathis es una distracción; para él es una forma de escapar, de olvidarse de sí mismo. Lo que pasa es que, a menudo, cuando uno huye, puede acabar cayendo también en otro pozo.

Delphine de Vigan ha creado un libro brillante, directo, breve y conciso que incomoda porque habla de algunas de esas realidades que a veces salpican las noticias y las estadísticas, pero que aquí pasan de los números a las emociones a través de la amistad, de la familia y de la forma en que las heridas a veces nos atan de la misma manera que los lazos afectivos.

Inés Macpherson
Reseña escrita originalmente para Anika Entre Libros

L’home il·lustrat, de Ray Bradbury (Males Herbes)

19 miércoles Feb 2020

Posted by encuentosydesencuentos in Lecturas y reseñas

≈ Deja un comentario

Etiquetas

contes, L'home il·lustrat, Males Herbes, Ray Bradbury

Quan vaig obrir per primera vegada L’home il·lustrat, de Ray Bradbury, publicat per Males Herbes i traduït per Martí Sales, vaig sentir que tornava a casa. Sí, llegir a Bradbury és tornar a casa, probablement perquè ell, quan escrivia, quan creava tots aquells mons i aquells personatges tan vius, tan propers malgrat ser marcians, ho feia des de casa. Les paraules, la imaginació i els records eren la seva llar: tot el que veia, tot el que vivia quedava atrapat entre les seves neurones, dormint, esperant el moment en què ell decidís escollir una imatge, un pensament, un mot, i estirés del fil. Waukegan, Illinois, va ser una de les seves llars. La de la seva infantesa, on el seu cervell, i el seu cor, es van alimentar de cinema, de màgia, de literatura… Quan es van traslladar a Los Angeles va agafar una maleta interior i totes aquelles històries, tots aquells somnis van anar amb ell fins a la ciutat del cinema, on va descobrir molt més, on va seguir devorant aquella cultura popular que bategava per tot arreu. Els llocs on va viure, les cases on va créixer o els motels on va passar alguna nit quan el seu pare anava a la recerca de feina, van quedar-se esperant fins a trobar un espai en blanc on créixer a través de la tinta. El cas més conegut és Green Town, una mena d’homenatge a Waukegan, però la casa que apareix al seu relat «Homecoming», del recull The October Country, o la d’«El coet», del recull de L’home il·lustrat, van ser llocs on va viure, que va tenir a prop…

home il·lustrat

Ray Bradbury era un enamorat de la vida, de viure, però també era un gran observador que sabia guardar les idees, les llistes de paraules i anècdotes per transformar-les en quelcom diferent. Perquè sí, era un enamorat de viure, un fan del gènere, del cinema, de la màgia i el teatre, però també era un ull crític, conscient del món on vivia. El seu univers literari es nodria de tot això, de la vida i de la consciència de la mort, de la nostàlgia i els records i les pors d’infantesa i de la realitat que, en aquella època, perseguia idees i colors. Tot això es respira en la seva obra. Tot això es pot trobar a L’home il·lustrat.

La veritat és que ja havia llegit L’home il·lustrat, en la seva versió castellana editada per Booket, i més d’un cop, perquè és un llibre que treballo molt per fer sessions de contes. El tinc subratllat, anotat, llegit i rellegit; fins i tot tinc esquemes d’alguns contes per saber per on vaig quan explico les seves històries. Per tant, vaig pensar que llegir aquesta nova traducció probablement seria com tornar a llegir el que ja coneixia. Però no. Potser va ser pel canvi d’idioma o per l’extraordinària feina que ha fet el Martí Sales per oferir el llenguatge poètic i proper de Bradbury, o perquè els clàssics tenen aquesta capacitat de ser diferents encara que els coneguis. No ho sé. Potser ha estat una barreja de tot. El fet és que, quan hi vaig entrar, va ser realment com tornar a casa, però podent-la mirar amb uns altres ulls, des d’un altre lloc, redescobrint quelcom conegut però nou. Suposo que sempre passa. Quan tornes a un lloc, sigui una casa, un carrer, una ciutat, sempre pots veure coses noves, reconèixer les velles i anar teixint una mena de connexió entre el passat i el present, allò que recordes i allò que veus; i és casa, però tu hi ets d’una forma diferent; i en el fons les parets de paraules i els fonaments de les frases són les mateixes, però també són diferents, perquè estàs obrint de nou una porta. Ja no tens 13 o 14 anys. Has llegit molt més, has viscut molt més… Però quan llegeixes com aquell desconegut apareix i sents com explica la seva història i ensenya el seu cos il·lustrat, et prepares per tornar, per ser, per simplement deixar-te portar per aquell home que escrivia des d’una vitalitat nostàlgica i màgica que ho impregnava tot. Ha estat com descobrir de nou Bradbury havent-lo conegut des de fa temps. I ha estat preciós.

Dit això, aquest és un llibre de contes impecable, tant per l’estil com per la diversitat temàtica. Si una cosa sabia fer Bradbury era parlar amb la seva veu des de la fantasia o la ciència ficció, però trencant les fronteres, les etiquetes. Crec que va ser Asimov qui va dir que Bradbury parlava de Mart des dels ulls d’algú del segle XIX; malgrat tots els avenços, malgrat saber tot el que s’havia descobert, la seva poètica bevia d’un altre lloc, d’un passat que el portava al futur, però que en el fons ens parlava del present, de la condició humana. Perquè els contes de Bradbury sempre eren humans, molt humans.

A Bradbury li agradaven els contes perquè eren curts, perquè els podia escriure a raig, perquè era una idea viva que prenia forma en el paper i no tenia temps d’apagar-se. Però sovint li demanaven que els seus llibres tinguessin una imatge de novel·la, alguna cosa que lligués aquelles històries. Per això L’home il·lustrat comença amb un pròleg que serveix com a excusa per endinsar-se en els relats que formen aquest llibre. El personatge de l’home il·lustrat, que va ser també un conte (que va formar part d’algunes de les edicions del llibre), apareix a d’altres històries de Bradbury, perquè el món de la fira i els seus personatges sempre el van acompanyar. Aquesta és una de les coses més fascinants de l’escriptor: tenia un imaginari que mai l’abandonava, però que creixia amb ell.

Els contes neixen de les il·lustracions d’aquell estrany. Com el narrador, observem la seva esquena i ens endinsem en cada una de les històries. Podria analitzar cadascuna d’elles, però probablement això s’allargaria massa. Així que simplement diré que a la pell d’aquest desconegut trobem històries que ens parlen de la influència de la tecnologia, del que podria passar si ho deixéssim tot a les seves mans; històries que ens deixen surant per l’espai per reflexionar sobre el sentit de la vida i la mort; hi ha reflexions sobre el racisme i la memòria, sobre la nostra incapacitat de conviure amb la malaltia o la mort i sobre la nostra manera d’afrontar la fi del món. Bradbury utilitzava l’espai i Mart com a metàfora, com un mirall exterior que ens permetia observar-nos des d’un altre lloc, però sense deixar de ser nosaltres. Sí, algunes històries passaven a Mart, però per molt que els homes marxin a Venus, a Júpiter o es perdin en les profunditats de la foscor, segueixen sent humans, i la seva naturalesa, sovint, és la mateixa.

Hi ha contes, com «La pluja infinita», d’una bellesa literària que no fa menys angoixant el que ens explica: viure sota una pluja constant, tant constant que ho destenyeix tot. D’altres, com «La ciutat», també demostren la capacitat de Bradbury per crear tensió: un exercici extraordinari d’atmosfera i descripció que ens diu des d’un bon principi que hi ha una ciutat que espera, però no sabem què ni per què. D’altres històries ens parlen de la fe, de les seves formes, de la diferència entre les creences imposades i la capacitat de creure. Obsessions, necessitat d’entendre, de veure… quan a vegades simplement es tracta d’acceptar.

La infantesa també està present en aquest recull. Bradbury, que havia observat el món amb ulls de nen i s’havia enamorat de Halloween, la màgia i la fantasia, va tenir sempre molt clar que els nens podien ser ingenus, però també cruels. I també els adults. Al conte «L’astronauta», l’espai és allò que mirem amb admiració i fascinació, però que també ens pot treure allò que més estimem. També al conte «El coet» s’observa l’espai amb fascinació, amb el desig de poder viatjar per veure l’univers, però la certesa de no poder fer-ho perquè no hi ha diners. Però tothom sap que, a vegades, els viatges es poden fer d’una altra manera.

Bradbury va saber viatjar durant anys a través dels llibres. Potser per això estimava la literatura i les biblioteques, un dels millors llocs per alimentar la imaginació. I potser per això també feia petits homenatges als seus pares literaris, al gènere fantàstic, de terror i de ciència ficció com el que va fer amb «Els desterrats», un relat que també ens mostra la capacitat de l’home de destruir, de censurar (un tema que va ser recurrent al seu imaginari).

Això probablement no sigui una recomanació. Ni tan sols entra dins del concepte de ressenya. És una invitació, un desig, una petició: llegiu aquest llibre. I després seguiu llegint a Bradbury. Escriu per l’adult que som, però també pel nen que hem estat; ens porta als estius d’infantesa, als somnis que teníem mentre miràvem el cel; ens convida a passar por, a reconèixer la crueltat humana, l’angoixa i el pas del temps, la nostra pròpia mortalitat. Però també ens permet formar part d’un univers infinit, immortal, sense temps, on sents la bellesa d’una nostàlgia que no és teva, però acaba sent-ho. És un viatge, una porta, un llibre on no hi ha il·lustracions, però on totes les històries bateguen, vives.

Bon dimecres i bones lectures!

Inés Macpherson

Categorías

  • Actualidad
  • Actualidad editorial
  • Cajón de sastre
  • Cine
  • Cuentos
  • Lecturas y reseñas
    • Literatura juvenil
  • librerías
  • Poesía
  • Qué podemos contar…
  • Reflexiones
  • Serie TV
  • Sesiones de cuentos
  • Teatro
  • Un poco de historia…
  • Videos e imágenes

Archivos

  • octubre 2022 (1)
  • septiembre 2022 (2)
  • mayo 2022 (1)
  • marzo 2022 (1)
  • febrero 2022 (2)
  • enero 2022 (3)
  • diciembre 2021 (1)
  • noviembre 2021 (2)
  • septiembre 2021 (2)
  • agosto 2021 (1)
  • julio 2021 (4)
  • junio 2021 (2)
  • mayo 2021 (1)
  • abril 2021 (2)
  • marzo 2021 (3)
  • febrero 2021 (5)
  • enero 2021 (7)
  • diciembre 2020 (1)
  • noviembre 2020 (1)
  • octubre 2020 (3)
  • septiembre 2020 (3)
  • agosto 2020 (2)
  • julio 2020 (5)
  • junio 2020 (2)
  • mayo 2020 (4)
  • abril 2020 (2)
  • marzo 2020 (2)
  • febrero 2020 (2)
  • enero 2020 (5)
  • diciembre 2019 (2)
  • noviembre 2019 (5)
  • octubre 2019 (4)
  • septiembre 2019 (2)
  • agosto 2019 (1)
  • julio 2019 (3)
  • junio 2019 (2)
  • mayo 2019 (2)
  • abril 2019 (3)
  • marzo 2019 (4)
  • febrero 2019 (6)
  • enero 2019 (2)
  • diciembre 2018 (7)
  • noviembre 2018 (6)
  • octubre 2018 (6)
  • septiembre 2018 (3)
  • junio 2018 (3)
  • mayo 2018 (2)
  • abril 2018 (1)
  • marzo 2018 (2)
  • febrero 2018 (2)
  • enero 2018 (4)
  • diciembre 2017 (6)
  • noviembre 2017 (4)
  • octubre 2017 (2)
  • septiembre 2017 (5)
  • julio 2017 (2)
  • junio 2017 (2)
  • mayo 2017 (5)
  • abril 2017 (2)
  • marzo 2017 (3)
  • febrero 2017 (4)
  • enero 2017 (5)
  • diciembre 2016 (5)
  • noviembre 2016 (6)
  • octubre 2016 (4)
  • septiembre 2016 (4)
  • agosto 2016 (1)
  • julio 2016 (3)
  • junio 2016 (3)
  • mayo 2016 (5)
  • abril 2016 (5)
  • marzo 2016 (1)
  • febrero 2016 (2)
  • enero 2016 (3)
  • diciembre 2015 (2)
  • noviembre 2015 (2)
  • octubre 2015 (3)
  • septiembre 2015 (3)
  • agosto 2015 (1)
  • julio 2015 (1)
  • junio 2015 (4)
  • mayo 2015 (1)
  • abril 2015 (5)
  • marzo 2015 (3)
  • febrero 2015 (3)
  • enero 2015 (6)
  • diciembre 2014 (1)
  • noviembre 2014 (2)
  • octubre 2014 (5)
  • septiembre 2014 (9)
  • julio 2014 (3)
  • junio 2014 (9)
  • mayo 2014 (2)
  • abril 2014 (2)
  • marzo 2014 (6)
  • febrero 2014 (11)
  • enero 2014 (8)
  • noviembre 2013 (5)
  • octubre 2013 (2)
  • septiembre 2013 (2)
  • agosto 2013 (4)
  • julio 2013 (3)
  • junio 2013 (1)
  • mayo 2013 (3)
  • abril 2013 (4)
  • marzo 2013 (5)
  • febrero 2013 (4)
  • enero 2013 (5)
  • diciembre 2012 (3)
  • noviembre 2012 (4)
  • octubre 2012 (2)
  • septiembre 2012 (6)
  • agosto 2012 (8)
  • junio 2012 (5)
  • mayo 2012 (3)
  • abril 2012 (4)
  • marzo 2012 (6)
  • febrero 2012 (2)
  • enero 2012 (2)
  • diciembre 2011 (2)
  • noviembre 2011 (1)
  • octubre 2011 (1)
  • septiembre 2011 (3)
  • julio 2011 (1)
  • junio 2011 (1)
  • febrero 2011 (1)
  • enero 2011 (4)
  • noviembre 2010 (1)
  • agosto 2010 (1)
  • julio 2010 (2)
  • mayo 2010 (2)
  • abril 2010 (2)
  • marzo 2010 (7)

Enter your email address to follow this blog and receive notifications of new posts by email.

Únete a otros 125 suscriptores

Crea un blog o un sitio web gratuitos con WordPress.com.

Privacidad y cookies: este sitio utiliza cookies. Al continuar utilizando esta web, aceptas su uso.
Para obtener más información, incluido cómo controlar las cookies, consulta aquí: Política de cookies
  • Seguir Siguiendo
    • Encuentosydesencuentos's Blog
    • Únete a 125 seguidores más
    • ¿Ya tienes una cuenta de WordPress.com? Accede ahora.
    • Encuentosydesencuentos's Blog
    • Personalizar
    • Seguir Siguiendo
    • Regístrate
    • Acceder
    • Denunciar este contenido
    • Ver sitio web en el Lector
    • Gestionar las suscripciones
    • Contraer esta barra
 

Cargando comentarios...