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Encuentosydesencuentos's Blog

~ Un paseo entre cuentos y libros con Inés Macpherson

Encuentosydesencuentos's Blog

Archivos mensuales: mayo 2019

Lago negro de tus ojos, de Guillem López (Alianza Editorial/Runas)

13 lunes May 2019

Posted by encuentosydesencuentos in Lecturas y reseñas

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Alianza Editorial, Colección Runas, Guillem López, Lago negro de tus ojos

Leer a un autor por primera vez siempre tiene algo especial. No sabes nada de su universo imaginario ni de su estilo. Simplemente has visto que una persona, en cuyo gusto literario confías, lo recomienda y decides comprar el libro sin más, sin mirar la contraportada, a ciegas. Tras leer Lago negro de tus ojos, de Guillem López (publicado en la colección Runas, de Alianza Editorial) puedo decir abiertamente que agradezco mi tendencia a fiarme del criterio de ciertos libreros como Antonio Torrubia, porque es una novela que se devora y te devora. Sí, ayuda su extensión, que no supera las 140 páginas, pero hay universos y lugares que te atrapan, y El Clot que describe Guillem López lo hace.

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La novela nos sitúa en un mundo en el que, tras el Incidente, han aparecido unas extrañas lagunas. La más grande de ellas está en El Clot, el pueblo natal de Carla Babiloni, una periodista que deberá regresar a esa tierra para investigar la desaparición de una actriz. Desde el principio se da cuenta de que no es bienvenida. Por un lado, a su alrededor se construye una especie de muro de mutismo y eufemismos relacionado con un evento previo al Incidente del que nadie habla, pero que se palpa en el ambiente, sobre todo cuando se menciona su casa; y, por otro, uno tiene la sensación de que ese pueblo es un microclima, no solo por la laguna y los bichos que merodean a su alrededor y que han invadido la zona, sino porque ese silencio que se respira calla algo más que un pasado oscuro. La seguridad que protege la laguna, las medias verdades y medias mentiras oficiales que le van contando generan una inquietante certeza: esa laguna desde la que teóricamente se ven las estrellas es algo más, aunque quizás nadie sepa lo que es. O quizás sí.

Pero lo que hace que Lago negro de tus ojos sea una historia interesante no es solo el argumento o el ambiente, sino la voz narrativa. Ante todo, aquí decir que estamos ante una narración visual es más que acertado, porque muchas de las escenas son viñetas que nos describen la acción. No podemos ver el dibujo, pero lo vemos, y ese juego entre lo que ocurre y lo que se nos narra, lo que pasa en la realidad y en la visión de la realidad, hace que entremos en una ficción que sabe jugar con nosotros, engañándonos abiertamente o diciendo que lo hace, aunque no lo haga. El narrador es un personaje que es capaz de parecer anodino, normal, como cualquiera de nosotros, pero a su vez también es capaz de despertar no sé si rechazo, pero sí extrañeza; un desasosiego que va creciendo y disminuyendo, descolocando al lector, pero a la vez enseñándole las cartas. El pasado y el presente se mezclan en la forma en que va hilvanando los acontecimientos; escenas y viñetas dibujadas por él y explicadas a un psicólogo se van enredando hasta llegar a unas páginas finales magníficas, que consiguen transmitir, a nivel narrativo y visual, el horror y la locura de una historia que pasa y no pasa, que nos lleva a las montañas de la locura y nos arranca de ellas. En un momento de la novela, él nos dice que el objetivo es completar la obra. Y lo hace, pero recordemos que, a veces, un final no es tal cosa, y una ficción tampoco, aunque en este caso, ¿cuál es la ficción? «Toda ficción es una mentira piadosa, una manera de suavizar el trauma que supone enfrentarse a la realidad cotidiana».

Esta es una novela que pide que te adentres en ella sin más, sin pensar, para dejarse llevar por el autor, que nos invita a sumergirnos en viñetas y en escenas para jugar con nuestras certezas y nuestra incertidumbre, con referentes conocidos que después se difuminan para volver a renacer, siempre cambiantes, pero presentes en ese reflejo que a veces no queremos ver y que nos recuerda que todos podemos ser monstruos.

¡Feliz lunes y felices lecturas!

Inés Macpherson

La primera vez que vi un fantasma, de Solange Rodríguez Pappe (Editorial Candaya)

06 lunes May 2019

Posted by encuentosydesencuentos in Lecturas y reseñas

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Editorial Candaya, La primera vez que vi un fantasma, Solange Rodríguez Pappe

¿De qué están hechos los fantasmas? ¿Qué lugares habitan? En los cuentos que Solange Rodríguez Pappe ha reunido bajo el título La primera vez que vi un fantasma (Editorial Candaya, octubre 2018), los espectros tienen muchas formas, pero habitan los interiores, sobre todo los de las personas, aunque siempre aparezcan hacia fuera, entre las paredes de un hotel o en los nudos de una trenza. Y están hechos de sus miedos y deseos. Porque los humanos estamos hechos de ese material, y a veces se nos escapa de las manos y nos devuelve la mirada.

En estos cuentos, los fantasmas y los monstruos aparecen en la tripa de una gata embarazada, en el relato aparentemente inocente de una chica, en los sueños compartidos, en mundos distópicos y en relatos que son una especie de muñeca rusa donde personajes y lector tienen mucho que decir… o no. Lo extraño se arrastra por las calles, te observa desde la sombra, se deja intuir en una herida, en un vacío en la forma de una mujer que comprende que el dolor es otro fantasma, uno que puede ser muy cruel. Porque, al final, forman parte de nosotros.

LaPrimeraVez

Siguiendo la estela de otras mujeres que han sabido jugar con la idea de los fantasmas como algo que no habita el más allá, sino el más acá, donde las heridas internas supuran dolores y soledades que toman formas espectrales, Solange Rodríguez construye un conjunto de relatos donde nuestros deseos, tanto los de venganza como los de sentirnos queridos, adquieren una fuerza fantástica y sobrenatural. Son fantasmas que se adhieren a nosotros, porque en el fondo forman parte de nuestra piel y nuestros sueños. No son un susurro en la nuca ni una sombra difusa en el pasillo. No se esconden tras la puerta ni aguardan a asustarte en una esquina solitaria en plena noche. Son más bien espejos que señalan con el dedo los miedos que nos mordemos para que nadie los vea. Pero al final los vemos nosotros.

Lo más interesante de los relatos que forman La primera vez que vi un fantasma es la sensación de estar transitando por mundos extraños que, a su vez, son completamente naturales. La forma en que lo cotidiano se va transformando en extraño no resulta chocante, es casi como si tuviera que ser de esa manera. Es cierto que hay una preparación en la forma en que presenta la atmósfera, pero al llegar al final del cuento sabes que no podía ser de otra manera. Probablemente esto se consigue precisamente por esa capacidad de extraer del interior los fantasmas y dejarlos caminar a tu lado.

Hay relatos que se condensan en apenas una o dos páginas, jugando con ese don que tienen algunos escritores para crear una historia con casi nada. Simbólicos, con pinceladas de metaliteratura y atreviéndose a jugar con la estructura misma del cuento en el propio relato, recordando lo que es un final abierto, estos pequeños cuentos contrastan con los cuerpos más sólidos que los acompañan, donde la autora te sumerge mucho más, te lleva de la mano a un universo denso, no porque pese, sino porque te toca. Historias como la de «Matadora» o «La primera vez que vi un fantasma» son dos ejemplos perfectos de esta brumosa densidad que te envuelve. Son dos historias que, además, salpican con una realidad conocida, la del abandono y la violencia contra la mujer. En ambos casos, las protagonistas son conscientes de lo que ocurre, pero en cada relato la reacción es distinta, porque a veces podemos acoger a nuestros fantasmas, hacerlos nuestros, pero otras veces simplemente podemos observar cómo nos rondan, un recordatorio constante del hueco del que han salido.

La primera vez que vi un fantasma es una muestra más de la capacidad que tienen algunos escritores para jugar con el miedo desde otro punto de vista; un miedo que, aunque sea oscuro, no necesita ni la noche ni las sombras para arañarte por dentro.

¡Feliz lunes y felices lecturas!

Inés Macpherson

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