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Hubo una época, como bien explican los editores de esta antología, en la que los fantasmas poblaron las calles anglosajonas. Durante la época victoriana, la sociedad inglesa vivió una fascinación por lo Oculto, por comunicarse con los espíritus, descubrir los misterios de los seres de ultratumba. Y esa fascinación también se plasmó en la literatura, llenando prestigiosas publicaciones literarias de historias de fantasmas.
Como su nombre indica, Damas Oscuras. Cuentos de fantasmas de escritoras victorianas eminentes (Impedimenta, noviembre de 2017) es una recopilación de historias de fantasmas nacidos de las mentes femeninas de la época. Como en toda antología, hay autoras que quizás sean más conocidas que otras, pero lo que está claro es que cada una de ellas supo cómo acercarse a los espíritus con su toque personal. Hay historias con presencias más obvias, palpables y perfectamente descritas, pero en otras ocasiones es más una sensación, algo que habita la casa y que nos hiela la sangre, pero nadie sabe describir; simplemente aterra a los protagonistas.
El terror se ha vestido con muchos trajes, ha pasado del papel a la pantalla, ha transitado entre lo sutil y lo salvaje, lo mental y lo más palpable. Estas Damas Oscuras eran de las que sabían adentrarse en la atmósfera, dibujar los espacios, jugar con las estructuras de esas conversaciones junto al fuego para explicar lo imposible, lo que nadie creería si no fuera porque el protagonista lo vivió en primera persona.
Algunas tienen ese aire que Guillermo del Toro supo plasmar a la perfección en su Crimson Peak, como el relato de Elizabeth Gaskell, y otras se pierden más por los páramos y los ríos que pueden llevarse una vida… o traerla. Otros relatos, como el de Mary E. Braddon, Dinah M. Mulock o Violet Hunt, se centran en historias de amor en las que las promesas o las oraciones son llevadas hasta las últimas consecuencias. Hay espacios oscuros y almas atormentadas, pero también hay humor. Es el caso del relato de Charlotte Brönte o de la novela corta de Lanoe Falconer, donde los diálogos entre el marido y el resto de personajes son memorables, ya que él insiste en desmontar todas las visiones del fantasma que sus inquilinos ven. Hay historias con aires detectivescos, otras epistolares y otras en las que las autoras se centran en la sensación, en ese sexto sentido que a veces nos dice, al pasar junto a un edificio, que allí hay algo más que paredes.
Así que si queréis disfrutar de un viaje por el universo de ultratumba victoriano para descubrir las diferentes formas que puede adquirir un fantasma, dejad que estas Damas Oscuras os lleven. No os dejéis confundir por los ojos vacíos de la portada: saben perfectamente dónde van.
¡Feliz miércoles y felices lecturas!
Inés Macpherson
Inés, gràcies per la recomanació.
Gràcies a tu per llegir-la!