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Alamut, ciencia-ficción, Cuentos, Denis Villeneuve, La historia de tu vida, La llegada, Ted Chiang
Soy de las personas que, cuando saben que hay una adaptación cinematográfica de un libro, primero leen el texto y luego ven la película. Pero, a veces, uno se entera de que la película es una adaptación después de haberla visto y debe enfrentarse al texto después. Esto me ha ocurrido con los cuentos de Ted Chiang. «La historia de tu vida», el cuento que da título a esta recopilación, es la historia en la que se basa La llegada (Arrival, 2016), dirigida por Denis Villeneuve y protagonizada por Amy Adams y Jeremy Rener. Cuando me enteré en su momento, quise leerlo, pero se fue quedando rezagado en la lista de pendientes. Hasta que, hace unos días, un amigo me pidió que lo leyera porque quería comentarlo conmigo.
Al principio no entendí por qué. Pero entonces empecé a leerlo y lo comprendí. Y es que el estilo literario de Chiang es peculiar, difícil de clasificar. En ciertos momentos parece seco, frío e incluso distante. En otros momentos uno siente que está adentrándose en una selva de palabras, ordenada pero densa. Hay algo mental en su forma de escribir y en lo que escribe, y eso puede hacer que nos cueste entrar en su universo. O quizás es la forma en que se suceden las frases, las descripciones, sobre todo en el primer cuento, «La Torre de Babilonia», donde uno casi se podría perder, no porque estén mal hechas, sino simplemente porque te pierdes.
En todos sus cuentos encontramos temas recurrentes: el poder del lenguaje y de la mente humana; la ciencia y las matemáticas; la religión o la figura de Dios, o el tiempo y todo lo que lo rodea, sea el futuro o la forma en que lo percibimos. Quizás el que se desvía un poco más de este terreno sea el último cuento, «¿Te gusta lo que ves? (Documental)», donde sigue ahondando en la mente humana, pero esta vez centrándose en el tema de la belleza y la percepción en vez de en el lenguaje. Pero lo cierto es que, en general, la sensación que tenemos al leer esta recopilación es la de que estamos ante algo sólido, con las ideas claras.
Como ya comentaba antes, el primer relato es «La Torre de Babilonia». Como el propio autor explica al final del libro, en un anexo en el que expone cómo nacieron las ideas de cada relato, esta historia plantea una visión distinta de la torre de Babilonia. En una Mesopotamia alternativa, se alza esta torre que llega hasta la bóveda celeste, uniendo religión y ciencia en una obra de ingeniería brutal. La historia, narrada por uno de los mineros que debe cavar la bóveda del cielo, es extraña y, reconozco que, al principio, me costó entrar. Pero lo cierto es que consigue algo que ocurre a menudo con los relatos de este libro y es que no sabes si lo interesante es lo que cuenta o lo que subyace, lo que hay más allá de la historia.
El segundo cuento, «Comprende», Chiang juega con las capacidades mentales humanas. ¿Qué pasaría si alguien desarrollara una inteligencia tan superior que pudiera incluso comprender cómo funciona su propio cerebro? ¿Qué pasaría con el lenguaje? ¿Y con nosotros mismos? Chiang sabe llevar esta hipótesis a límites fascinantes. También sobre el lenguaje y los límites de la comunicación habla «La historia de tu vida». Habiendo visto La llegada, es un relato que quizás no sorprenda, pero debo reconocer que, personalmente, creo que es más redondo el relato que la película. ¿Por qué? Porque evita cierto tono dramático que sí parecía destilar la parte final de la historia de Villeneuve. Porque hay una explicación más interesante al funcionamiento del sistema de comunicación de los octópodos y cómo dicho sistema afecta a la capacidad mental de la protagonista. Es conmovedora, inteligente y consigue, además, que el personaje que en la película interpretaba Jeremy Rener tenga mucho más sentido.
También juega con el lenguaje, aunque en este caso con el poder de los nombres, el relato «Setenta y dos letras». En un mundo que podría acercarse al género steampunk, nos encontramos ante una sociedad donde los autómatas pueden emplear tareas gracias a la animación de la materia mediante el uso de letras… o nombres. El arte de la nomenclatura nos muestra la capacidad del ser humano de pensar, investigar, indagar e intentar ir siempre un poco más allá. El joven protagonista, un idealista que pretende ayudar a las clases desfavorecidas con uno de sus inventos, acabará metido en un proyecto de gran envergadura que va mucho más allá de lo que podía imaginar, pues el futuro de la raza humana está en juego. Una historia bien llevada y con una serie de preguntas morales y políticas muy interesantes.
El relato «Dividido entre cero» se acerca al mundo de las matemáticas, y el cuento corto «La evolución de la especie humana» al mundo de la ciencia. El tema de la religión que podía vislumbrarse en el primer relato reaparece en «El infierno es la ausencia de Dios», un cuento que ahonda en un tema complejo y profundo como son las creencias, lo que uno cree que merece, lo que espera o lo que es realmente la vida. ¿Debemos esperar que nos den algo por ser buenos? ¿Debemos buscar la gloria de Dios? ¿Qué es realmente el Infierno?
Cierra el libro un cuento con un formato interesante, pues, como se indica en el título, finge ser un documental. «¿Te gusta lo que ves? (Documental)» realiza una interesante reflexión sobre la belleza y el peso que tiene en nuestra sociedad. ¿Qué pasaría si pudiéramos mirar a las personas sin juzgar su aspecto físico? ¿Cómo sería un mundo sin prejuicios estéticos?
Al acabar el libro sigo sin tener muy claro cómo definir la manera en que escribe Ted Chiang. Pero lo que está claro es que, a nivel temático, sus cuentos plantean una serie de preguntas y de hipótesis muy interesantes.
¡Feliz lunes y felices lecturas!
Inés Macpherson