Para empezar el año con buen sabor de boca, hoy voy a hablaros de La mujer de la libreta roja, de Antoine Laurain, publicada en junio de 2016 por Ediciones Salamandra, en su colección Narrativa y traducida por Palmira Feixas. Se trata de una novela corta que consigue reunir en sus páginas misterio, amor, e incluso una investigación, pero sin abusar, sin agobiar; todo es sencillo, todo fluye.
Todo empieza con un bolso en el que hay una libreta roja…

Argumento
Laurent Letellier es un librero, con pasado de banquero, que lleva una vida tranquila. Divorciado, tiene una relación estable con Dominique, una mujer intensa que se dedica a la bolsa, y, por si eso fuera poco, se lleva bien con su hija adolescente, Chloé. Sin embargo, todo cambia una mañana cuando, dando un paseo antes de abrir la librería, descubre un bolso de mujer abandonado sobre un cubo de basura. Lo coge con la intención de llevarlo a la policía o a objetos perdidos, pero en comisaría hay mucha gente, así que decide guardarlo en su casa hasta que encuentre el momento de devolvérselo a su dueña.
El problema es que en el bolso no hay ni billetero ni móvil, pues ha sido robado y abandonado posteriormente, por lo que Laurent sólo tiene los objetos personales de la mujer para dar con ella. Entre dichos objetos hay una libreta roja donde ella ha ido volcando sus pensamientos, sus miedos, sus sueños… Y poco a poco, Laurent va reconstruyendo su vida, intentando encontrar pistas que le permitan desvelar su nombre e, irremediablemente, se va enamorando de ella.
Opinión
Hay mujeres que llevan lo indispensable en un bolso, y hay mujeres que llevan un universo en su interior. Repleto de bolsillos, cremalleras y pequeños recovecos, consiguen organizar un mundo en un espacio reducido. Laure, la protagonista femenina de esta historia, es de las segundas. Como si necesitara llevar un pedazo de su vida colgando del brazo, tiene retazos de su pasado y su presente en el interior de su bolso. Por eso siente que, al robárselo, el ladrón también le roba parte de su alma, porque allí lo tiene todo, todo lo que habla de ella, todo lo que la conecta al pasado, a sus padres, a su marido muerto, a sus sueños, anotados en la libreta roja del título… Y por eso Laurent siente que, al abrir ese bolso, está abriendo una ventana a la vida de una mujer desconocida. Va recomponiendo su personalidad a través de los detalles y se va enamorando, porque son esas pequeñas cosas las que nos hablan de una persona. Y lo que le dicen los objetos del bolso le gusta.
Como premisa para una historia de amor, la que ha escogido Antoine Laurain es sencilla, pero hermosa y eficaz, porque la desgrana con una lentitud amable, que acompaña, que te mece. No pretende ser una novela de investigación, aunque el protagonista investigue, ni de misterio. Ni siquiera es una novela romántica al uso. Es casi como una caricia, un susurro, porque las escasas 160 páginas que la contienen duran un suspiro. Pero es un buen suspiro, que nos permite deambular por las calles de París, sentarnos en sus cafés, saborear sus platos e incluso encontrarnos con un de los mejores escritores franceses del momento, Patrick Modiano.
La trama avanza a buen ritmo, de forma paralela, viendo el proceso de Laure y de Laurent, al mismo tiempo que, con pequeñas pinceladas, el autor nos permite ir descubriendo sus mundos, las personas que los forman, las que se han ido… Y lo hace de forma concisa, midiendo las palabras, demostrando que, a veces, con muy poco se puede decir mucho. Porque quizás alguien hubiese cogido esta historia y la hubiese alargado. Pero él no. Y es un acierto, porque La mujer de la libreta roja es un relato que no necesita más. Lo que ocurra después, lo que pase al cerrar el libro, depende de cada lector, de su imaginación. Y eso, a menudo, es un regalo, porque no sólo disfrutas de la lectura, sino que lo haces de la elucubración, de la vida de los personajes, que prosigue más allá de las páginas.
Con un capítulo final maravilloso, donde se van hilvanando las acciones de todos los personajes que han ido apareciendo en la novela, incluido Modiano, el autor pone un broche final perfecto a esta agradable y tierna historia que se lee de una sentada y que te deja muy buen sabor de boca.
Inés Macpherson
Fuente (Anika entre libros: http://www.anikaentrelibros.com/)