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Encuentosydesencuentos's Blog

~ Un paseo entre cuentos y libros con Inés Macpherson

Encuentosydesencuentos's Blog

Archivos mensuales: mayo 2016

Microcuentos

30 lunes May 2016

Posted by encuentosydesencuentos in Cuentos

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Cuentos, microcuentos

A veces, hay retos que hay que aceptar. Este es el resultado de que te pidan que intentes escribir relato corto…

Los ojos de tu abuela

aaaaaaaajos de cristal«Tienes los ojos de tu abuela» dijo con una sonrisa mi padre. «Claro», contesté yo. «Y el resto de su cuerpo». Y le enseñé el cajón donde descansaba la vieja, muerta. Por la cara de horror que puso mi padre, imagino que no era esa su intención cuando lo dijo. Pero si no se explican bien las cosas, corres el peligro de que uno pueda interpretarlas de forma literal.

 

Ropa emocional

espalda

Soy diseñador de emociones. Me gusta que cada pieza de ropa que sale de mis manos tenga la capacidad de captar un estado mental, un sentimiento e incluso un miedo. Y durante un tiempo, la cosa funcionó… Hasta que la conocí a ella. Y mi ropa se volvió loca. Porque ella era todo pasión y hambre, y cada vez que me veía, su ropa se caía sin tan siquiera tocarla. Y claro, aunque uno intente ser de piedra, la ropa no lo es, y la mía también se caía, muerta de ganas de rozar la suya. Así, casi sin poder evitarlo, mis pantalones y su falda se enredaron en un abrazo, justo en el mismo momento en que mi boca se perdía en la suya.

 

Inés Macpherson

El maestro y Margarita, de Mijaíl Bulgákov

30 lunes May 2016

Posted by encuentosydesencuentos in Lecturas y reseñas

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Alianza Editorial, El maestro y Margarita, Mijaíl Bulgákov, novela

Normalmente, soy de las que desgranan argumentos e intentan hacer un análisis del argumento del libro del que hablo en los posts. En este caso, he decidido no hacerlo, o al menos, no de la manera habitual. Y es que El maestro y Margarita, de Mijaíl Bulgákov es una novela en la que, según mi parecer, es mejor entrar a ciegas.

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En el momento en que abrí la primera página, sólo sabía lo que aparecía en la contraportada, es decir, que se trataba de una novela que narraba las peripecias del Diablo y su séquito por Moscú; peripecias que servían para radiografiar las debilidades humanas y criticar la sociedad del momento. ¿La novela es sólo eso? No, es mucho más. Es un viaje fantástico, cargado de ironía, humor y magia por partes iguales, con personajes memorables, escenas fascinantes y una idea que subyace: dependiendo de quién sea Dios, quizás es mejor seguir al Diablo… Sobre todo si es esta increíble criatura imaginada por Bulgákov, que sabe desnudar el alma humana para dar un escarmiento a ciertos vicios y a unas cuantas falsedades; una criatura con un séquito completamente hilarante, que provoca momentos inolvidables. Un aparte merece Margarita, un personaje fuerte, decidido y lleno de magia, que sabe lo que quiere y lo persigue, cueste lo que cueste; un personaje entrañable, dulce y salvaje, hada y bruja, que hace de contrapunto a la locura de Voland, Asaselo, Koróviev y Popota, y a la vez se sumerge en ella.

Podría decir mucho más. Hay análisis de la obra, comentarios extensos sobre las razones de su censura, lo que pretendía con su novela el autor… Esta vez, yo me quedo con la sensación que me ha dejado: un viaje increíble que vale la pena hacer sin estar preparado; dejarse llevar, sumergirse en sus páginas y confiar.

Si queréis leer alguna curiosidad sobre el manuscrito original y el paralelismo con el manuscrito del que se habla en la novela, podéis descubrirlo en este artículo de El País: http://cultura.elpais.com/cultura/2014/04/07/actualidad/1396876234_497467.html

Yo simplemente os animo a descubrir esta joya, donde hay gatos que hablan, magia negra, y donde incluso los trajes pueden seguir escribiendo sin sus dueños.

Inés Macpherson

Lucía en Londres, de E. F. Benson (Impedimenta)

23 lunes May 2016

Posted by encuentosydesencuentos in Lecturas y reseñas

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E. F. Benson, Impedimenta, Lucía en Londres, sátira

Por cierta inclinación hacia las antologías de la editorial Valdemar y al cuento gótico en general, yo siempre había asociado el nombre de E. F. Benson con la oscuridad, los fantasmas… Al descubrir que Impedimenta había publicado la serie de Lucía, que desconocía por completo, tuve curiosidad por saber qué podía hacer Benson en un género tan distinto…

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Argumento

Emmeline Lucas, más conocida como Lucía, es una mujer que sabe lo que quiere. Residente en un pueblo de la campiña inglesa, Riseholme, es la reina del lugar y sabe gobernar con mano dura y dictar lo que está de moda y lo que no. Sus conciudadanos la adoran, pero a veces se agotan de su necesidad de tenerlo todo controlado. Sin embargo, cuando la tía de Pepino, el marido de Lucía, muere y les deja en herencia la casa de Londres, todo cambia, porque Lucía decide instalarse a pasar la temporada en la capital.

Como todo lo que hace Lucía, el asalto a la ciudad está planeado al milímetro: quiere conocer a todo el mundo, codearse con los mejores y que parezca que su vida es la más ajetreada del mundo. Para ello, Lucía persigue y avasalla a todo aquel con nombre y apellido, y poco a poco va mostrando su capacidad para crearse una fama entre la gente chic de Londres. Pero eso tiene un inconveniente: abandona Riseholme, y sus habitantes se sienten tan ninguneados por su reina que empiezan a buscar otras maneras de llenar su vida. Pero, ¿pueden sobrevivir sin ella? ¿Y puede Lucía sobrevivir sin Riseholme?

Opinión

Debo reconocer que, antes de descubrir este libro, yo conocía a E. F. Benson por sus relatos de terror. Historias como «El rostro», «La habitación de la torre» o «Negotium Perambulus», que se pueden encontrar en una recopilación realizada por la editorial Valdemar, titulada La habitación de la torre. 13 historias de fantasmas, demuestran su maestría a la hora de crear atmósferas y jugar con el paso del tiempo y los sueños como elementos para generar ese ambiente oscuro que predomina en muchas de sus historias. Sin embargo, en la serie de Lucía demuestra un talante muy distinto y mucho más divertido, cosa que sorprende a alguien que lo consideraba un autor de terror. Aquí encontramos a un Benson que domina la descripción y la atmósfera, pero para crear un cuadro de una época y mostrar, en sucesivas escenas, el comportamiento de un grupo de personas movido por la apariencia y la crítica, por los cotilleos y la admiración, que se torna en desprecio cuando uno triunfa y los demás no; un grupo de personas que necesita criticar al prójimo para ocultar los celos por no tener lo que el otro tiene, y que a su vez hace lo imposible por tenerlo… Una crítica sutil a un estilo de vida, a un tipo de relaciones personales que, en algunos círculos y con algunos cambios, sigue vigente en la hipocresía y la doble moral que funciona aún en ciertos estratos sociales.

La editorial Impedimenta ya ha publicado Mapp y Lucía y Reina Lucía, dos de los títulos de la serie de novelas (consta de seis títulos). En el caso de Lucía en Londres nos encontramos con unos personajes que ya han sido presentados y de los que se espera que el lector sepa alguna cosa. Sin embargo, el autor sabe dar pequeñas pinceladas informativas de cada uno de ellos, por lo que no es imprescindible haber leídos los anteriores títulos para poder disfrutar del universo de Lucía. Y es que al tratarse de una obra con cierto aire costumbrista, aunque aliñado con sátira y un poco de humor británico, las descripciones del comportamiento, de las costumbres y de los preparativos que realizan los protagonistas permiten ver claramente sus personalidades y sus historias.

La gracia que tiene un libro como este es que te permite observar la sociedad inglesa de inicios del siglo XX con una visión crítica. Esto no significa que el narrador vaya criticando y juzgando a los personajes, sino que, por un lado, deja que sean los propios personajes los que juzguen y sean crueles entre ellos y, por otro lado, retrata sin pudor escenas que pueden llegar a resultar risibles. Las conversaciones entre Lucía y George, con apuntes de un italiano inventado y con un cúmulo de diminutivos indigesta, con afirmaciones rotundas sobre arte y música, muestran el afán de una parte de esa sociedad por aparentar ser y saber mucho más de lo que realmente son y saben. Sin ser cruel, Benson retrata pequeños instantes que demuestran la hipocresía, la charada social que había en aquella época (y que sigue existiendo de otra manera y con otros clichés). Los intentos de Lucía por encajar, por formar parte de esos círculos exclusivos pueden recordar a los de una mosca, insistente e incansable, dispuesta a hacer lo que sea por estar donde quiere estar, cueste lo que cueste. Incluso cuando no lo consigue sabe hacer que ese desplante parezca algo buscado por ella y sacar provecho. Una escaladora social perfectamente plasmada por Benson, que sabe otorgarle elementos entrañables, y es que, en ocasiones, todos esos adultos parecen pequeños niños jugando en un patio de colegio mucho más grande de lo habitual, pues es la gran ciudad.

Es una lectura divertida, que se lee de forma pausada, porque no se trata de una obra ni con mucha acción ni con pretensión de ser algo distinto a un retrato social con toques satíricos que, lejos de ser crueles, destilan casi cariño por esas criaturas que necesitaban añadir diminutivos a todo, como si eso fuera distinguido. No hay que esperar encontrar el humor británico más afilado ni absurdo, pues en Lucía en Londres lo que abunda es la sutileza, el retrato bruto de la escena que, ya en sí, tiene suficientes elementos para ser, en sí misma, una comedia.

Inés Macpherson
Fuente: Anika Entre Libros (http://www.anikaentrelibros.com/)

Ahora intenta dormir, de Emilio Bueso (Valdemar)

13 viernes May 2016

Posted by encuentosydesencuentos in Cuentos, Lecturas y reseñas

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Ahora intenta dormir, Cuentos, Editorial Valdemar, Emilio Bueso

Siempre he sido amante de los títulos que publica Valdemar. Más acostumbrada a los clásicos góticos, a esas antologías fascinantes que reúnen a los Maestros del horror de Arkham House y similares, nunca me había adentrado en sus títulos de autores actuales y nacionales. Ahora intenta dormir es mi primer encuentro con la prosa de Emilio Bueso, y no va a ser la última. Porque en unas 300 páginas y 18 cuentos sabe navegar por lo onírico, lo terrorífico, lo extraño y lo oscuro sin inmutarse, con un estilo impecable y unas ideas que, a veces, son pequeñas pesadillas, aunque no en el sentido típico de las historias de miedo, sino en un sentido más profundo, más oscuro. Pero vayamos por partes.

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En esta antología, encontramos relatos sobre zombis, cambio climático (y unas consecuencias apocalípticas y alucinantes, donde la nieve o el mar lo cubren todo… y donde los animales mutan hasta niveles increíbles), homenajes a Lovecraft y sus mitos de Cthulu, viajes en trenes aterradores, puertas que dan al lugar donde van a parar las cartas irresolubles, y universos oníricos que van de las historias más poéticas a las más locas. Destacar uno sobre los otros es difícil, por lo que destacaré unos cuantos. No es que los otros desmerezcan, pero si comentara cada uno de los relatos, probablemente acabaría contando más de lo debido sobre argumentos, y la gracia de estos cuentos es adentrarse en ellos sin saber nada. O casi nada: sólo lo que el propio autor comenta justo antes de que empiece el cuento,a veces su origen, a veces cómo apareció…

Entre los diversos relatos, «La resaca de ella» es quizás uno de los escritos más sorprendentes de la antología. La inquietud que transmite se aleja de la oscuridad o el terror y se adentra en el universo extraño y onírico, casi poético. Quizás me fascina porque hay una estrecha relación con el mar, y el gran azul siempre me ha atraído, pero es que, además, es un relato muy bien escrito y que sabe sumergirte en un azul original. Otro relato onírico, pero más salvaje y salpicado de cierta locura es «Del vértigo en un hospital», donde, para que os hagáis una idea, aparece el Gran Sacerdote Sapo y un tren inquietante que parece sacado de una pesadilla.

También encontramos relatos como «Controller», inquietante acercamiento al horror que, ya de por sí, dan los grandes almacenes o los centros comerciales, aliñado por un narrador que sabe cómo ponerte la piel de gallina. O «Abuela», una historia extraordinaria y extraña por partes iguales, con una prosa y unas descripciones que saben cómo colarse bajo la piel y que harán que miréis los campos, los espantapájaros y las segadoras de otra manera.

Nos encontramos con un extraño diablo en «Dial», y con una visión nueva de los hombres lobo en «De lobos y hombres», donde Emilio Bueso demuestra que puede ser gamberro a nivel literario. Porque si algo destaca en todos estos relatos es su calidad literaria, su capacidad de generar atmósferas desasosegantes y un cierto toque de humor macabro y en ocasiones salvaje, que hace que a pesar de estar pasando un mal rato, sonrías ante las expresiones del protagonista o ante el tono del narrador.

Precisamente es destacable la atmósfera del relato «Me sigue desde hace rato», que tiene además un ritmo que te atrapa y no te suelta. Me recuerda, salvando las distancias, al relato de Henry Kuttner, «Las ratas del cementerio», donde la claustrofobia y el horror de saberse perseguido, en este caso, tiene un final sorprendente y magnífico. Y para muestra, un botón:

«ME SIGUE DESDE HACE RATO. Puedo oírle arrastrar la panza sobre la grava.
De pronto en pronto se callan los grillos y el viento en las ramas de las hayas se paraliza tanto como mi respiración.
Entonces le oigo reptar a él, a mis espaldas.
No me atrevo a mirar por encima del hombro. No quiero verle. Hará media hora he echado un vistazo furtivo atrás y he podido distinguir un atisbo de su figura.
Apenas una sombra».

Una curiosidad o casualidad: el cuento de «El hombre revenido» empieza con una definición de revenant… Para aquellos que hayan visto la película de Alejandro González Iñárritu, El renacido (The Revenant)… aviso a navegantes: no encontraréis a un hombre que lucha por su vida, sino a un hombre revenido dispuesto a emponzoñar un pueblo. Porque lo que reviene, lo que vuelve de un lugar del que no debiera poder volver, nunca es agradable. Y nunca trae nada bueno.

Y ya me callo… Sólo decir que esta antología quizás no quite el sueño en el sentido de generar insomnio, pero lo que sí consigue es un desasosiego extraño, un acercamiento a historias inquietantes que te sumergen en túneles oscuros o te lanzan a un aparcamiento poblado por fantasmas vengadores… Hay donde escoger. Así que, a leer… y a ver si después, alguien se atreve a dormir, porque quizás alguna de esas pesadillas se acabe colando bajo la almohada.

Inés Macpherson

Estética del Polo Norte, de Michel Onfray (Gallo Nero)

02 lunes May 2016

Posted by encuentosydesencuentos in Lecturas y reseñas

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cultura inuit, Estética del Polo Norte, filosofía, Gallo Nero, Michel Onfray, reflexión, viaje

En septiembre de 2015, Gallo Nero publicó Estética del Polo Norte, de Michel Onfray, un libro extraño, hermoso, donde adentrarse no sólo en un espacio, sino en una cultura que, en general, nos es desconocida; pero, sobre todo, nos permite compartir una reflexión profunda sobre la humanidad, la civilización y la hipocresía y el desprecio con el que nos enfrentamos a lo que es diferente.

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Argumento

Cuando era joven, Michel Onfray le preguntó a su padre qué lugar escogería si un genio se presentara ante él y le propusiera regalarle el viaje de sus sueños. Su padre lo miró y dijo: «el Polo Norte». Su padre era un hombre que no había abandonado jamás su hogar y que había dedicado toda su vida a trabajar, por lo que, cuando cumplió los ochenta años, él decidió hacerle ese regalo e ir a la Tierra de Baffin, más allá del círculo polar… en el Polo Norte.

Ese viaje le permitió observar de cerca una cultura, la de los inuit, que es bastante desconocida para nosotros, llena de tópicos y observada siempre desde el velo de aquellos que la han contado desde sus propias culturas. Michel Onfray nos relata la historia de dicha civilización, su evolución, los contrastes entre lo que fue y lo que es, entre la oralidad y la occidentalización que ha sufrido… Y entre el frío, la piedra y los animales, convierte un diario de viaje en un compendio de reflexiones sobre la vida, sobre la cultura y las civilizaciones, sobre la hipocresía de nuestro mundo y nuestra incapacidad de comprender lo que nos es extraño. Un texto lleno de belleza, tanto a nivel visual como léxico, que se adentra en el pensamiento en su más amplia concepción y nos regala una reflexión profunda sobre la humanidad.

Opinión

A veces, hay títulos que extrañan al lector, que lo sitúan en una posición de no saber muy bien qué va a leer. Estética del Polo Norte es un título amplio, que podría implicar varias cosas, desde un libro de viajes basado en el paisaje del lugar, hasta la concepción más amplia del término «estética», utilizado en filosofía. Pero lo cierto es que la obra de Michel Onfray es un texto complejo y completo, lleno de matices y reflexiones que abarcan un abanico impresionante: desde el comentario de libro de viajes, adentrándose en el paisaje y las costumbres y anécdotas del trayecto, pasando por la historia y la observación de la evolución de una cultura, como si de un antropólogo se tratara, hasta la crítica precisa a un comportamiento que se puede ver en particular en el ejemplo de la civilización inuit, pero que tiene unos tentáculos mucho más amplios en el tiempo y en el espacio.

Este libro se compone de tres partes. La primera parte recibe el nombre de «El tiempo elemental: la rareza». A grandes rasgos se podría decir que se trata de un apartado que plantea la extrañeza que podemos sentir ante el paisaje y el clima de esa zona polar. Pero eso sería mentir, porque es mucho más. Esta primera parte es la que podríamos considerar más reflexiva. La belleza del paisaje se mezcla con la belleza del lenguaje para dar paso a unas reflexiones llenas de simbolismo y de verdades que, muy a nuestro pesar, se extienden más allá del Polo Norte. Porque señala la sensación de comunión que uno siente con la naturaleza en espacios así… comunión que se ha perdido porque el paisaje está mutando por culpa del calentamiento global y porque parece que hemos perdido la capacidad de comprender que vivimos en el planeta, no lo poseemos. No es nuestro, de la misma manera que ni sus animales ni su riqueza lo es. Hemos olvidado que convivimos con ellos, que debemos cuidarlo para que nos cuide, porque si no, algún día, no quedará nada. Y nosotros desapareceremos, pero la piedra quizás persista y la naturaleza vuelva a surgir. El problema es que en la vorágine de nuestro mundo, donde el tiempo natural se ha olvidado, parece que vivimos de espaldas a la tierra, y a la Tierra.

Planteada en tres capítulos, la primera parte ahonda en el paisaje (el tiempo geológico, es decir, la piedra), en el frío (el tiempo climático) y el espacio (el tiempo expandido). Estos tres elementos permiten que Onfray reflexione sobre la vida y la muerte en su concepción amplia. Desde la reflexión más filosófica, aúna mundo y vida de forma precisa y nos recuerda que todo se puede reducir al mineral, incluso nuestros huesos, cuando ya no estamos. Y es curioso, pues a pesar de la dureza de algunas conclusiones y pensamientos, la belleza con la que está redactado hace que las palabras se deslicen por nuestro interior sin darnos cuenta.

La segunda parte se adentra en el tiempo vivido y empieza a ahondar más en la observación y reflexión de la cultura inuit y su historia. Pero aún lo hace desde una perspectiva un poco general. Repasa la civilización inuit, algunas de sus costumbres, y cómo su occidentalización ha destruido el sustrato del pasado; cómo la oralidad (la tradición oral y todos los valores y símbolos que iban asociadas a ella) se ha ido perdiendo y se ha quedado en la escritura, petrificada, creando una dualidad esquizofrénica que ha afectado de forma global a ese pueblo que ha sido destruido y borrado, convertido solo en un recuerdo que se explota de cara al turismo, pero en el que se están perdiendo costumbres y tradiciones. Una cultura que se ha vuelto dual, donde algunos siguen manteniendo sus rituales y otros buscan parecerse cada vez más a esa cultura que los ha colonizado y ahogado; esa cultura que los masacró y los obligó a ser otra cosa distinta. En esa segunda parte, también se ofrece una reflexión interesante sobre un tema que no tiene sólo que ver con los inuit, sino con todas las culturas y civilizaciones. Y es el respeto a los ancianos. Allí, apunta Michel Onfray, incluso los ancianos respetan a los más ancianos, porque saben que son el sustrato de nuestro mundo, los poseedores de una experiencia que el resto no tiene (algo que aquí, en occidente, se ha perdido; nos llenamos la boca de buenas palabras, pero los geriátricos están llenos de personas a las que se aparcan y a las que nadie va a ver).

La tercera parte, titulada «El tiempo destruido: la desaparición», se adentra de lleno en la civilización inuit, en su historia y en su realidad actual. Y lo que explica es desgarrador. La historia del “colonialismo” del siglo XX por parte de USA y Canadá y la consecuente destrucción de una cultura por intereses ajenos es apabullante. Desconocía por completo la relación de dichos gigantes con el pueblo inuit (estamos más acostumbrados a saber lo que ocurrió con los sioux), y la forma en que Onfray transmite lo que otros inuit le explican es impresionante. Por intereses políticos, militares, empresariales, energéticos, el lugar en el que habitaban fue colonizado; ellos desposeídos de su cultura, de su tradición y de sus tierras y lanzados a una vida estática que nada tiene que ver con la suya. Se han quedado en tierra de nadie, cultivando una cultura que les es ajena, creando unos vínculos cerrados, sin futuro y con una frustración inmensa, sin saber ya cuál es su lugar.

Como se puede ver, la obra es una especie de crescendo. Empieza con la belleza de lo general, del paisaje, que sirve como reflexión respecto a la relación que el hombre ha tenido con la naturaleza y que ahora parece haber olvidado; la falsa creencia del ser humano, sobre todo el occidental, de su superioridad, cuando el frío y la piedra muestran que no somos nada y que, al final, todos somos polvo, piedra. Y que incluso la piedra muere.

Después, poco a poco, llegamos al tiempo vivido, a lo cotidiano, a la observación de una cultura y sus vestigios; a las historias que se pueden intuir en ciertas costumbres que los mayores aún contemplan, pero que se van perdiendo. Y cuando nos ha enseñado la belleza del lugar y sus inclemencias, cuando ya hemos hecho un pequeño paseo por la relación con los animales, a los que veneran, y con algunos de los elementos de su cultura, llega el golpe, la crítica mordaz pero elegante. Una crítica a un concepto de imperialismo que sigue existiendo, aunque los grandes imperios de la historia, supuestamente, ya no existan. Una invasión cultural que sigue pisoteando lo pisoteado, despreciando lo que no es uniforme y no encaja en el concepto capitalista de producción. Porque el tiempo natural, el tiempo vivido, el elemental, no encaja en el mundo occidental, pautado según lo que Foucault consideró como la vigilancia; una vigilancia que no está solo en los lugares donde debe estar, como en la cárcel, sino en todo: todo son pautas, todo estructuras marcadas donde vigilar y controlar, donde encorsetar la vida, que se va olvidando de su esencia, de su capacidad de vivir, para simplemente transitar, sobrevivir y quedar estancado en ese horario, en ese concepto vital que poco tiene que ver con el mundo real, la tierra, la piedra, el frío, y la existencia.

Aquel que se adentre en este texto debe tener en cuenta que no es un libro para leer y punto. Se trata de una obra que requiere ser degustada para poder absorber su belleza léxica y conceptual; una obra que requiere tiempo. Y es que por algo los títulos de sus capítulos se refieren a diferentes tipos de tiempo…

Inés Macpherson

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