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Encuentosydesencuentos's Blog

~ Un paseo entre cuentos y libros con Inés Macpherson

Encuentosydesencuentos's Blog

Archivos mensuales: julio 2013

J. J. Abrams lleva «Into Darkness» a Star Trek

31 miércoles Jul 2013

Posted by encuentosydesencuentos in Cine

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Benedict Cumberbatch, J.J. Abrams, Star Trek Into Darkness

Voy a ser sincera. Nunca he sido una gran fan de Star Trek ni me puedo considerar una entendida en el tema, pero quizás por eso Star Trek: Into Darkness me parece interesante. Es posible que los que han seguido la serie y las otras películas que no ha dirigido J. J. Abrams consideren que el director traiciona el espíritu original de la serie. Es posible. Yo no digo que no. Pero para alguien que desconoce ese mundo, tanto la primera entrega como esta Into Darkness son dos productos brillantes y que te mantienen pegado al asiento y haciendo que se te escape más de una o dos sonrisas, dejándote con ganas de más.

star-trek-titleNo pretende ser cine de altura, ni pasar a los anales de la historia del séptimo arte como una de las mejores películas de sus tiempos, pero cumple su función: entretener al público, arrancarle unas cuantas sonrisas y dar una buena dosis de acción y de destellos azules marca de la casa. Viendo las dos entregas de Star Trek que ha creado Abrams, uno comprende que, de la misma manera que directores de cine y de series han decidido transformar cuentos de hadas e incluso a superhéroes (véase el Batman de Christopher Nolan, a quienes algunos le critican haber abandonado su esencia de cómic para humanizarlo en exceso – un giro que yo, personalmente, he disfrutado en las tres entregas de este nuevo Caballero Oscuro), también le ha llegado la hora de la transformación a Star Trek.

Con el gran Benedict Cumberbatch (el Sherlock de la serie de la BBC que ha actualizado al detective y que ha demostrado tener unas dotes interpretativas más que interesantes y una voz cambiante y potente que llena la sala) como un villano magníficamente interpretado, lleno de carisma y matices; un Chris Pine que, a pesar de no ser un gran actor, hace que el capitán Kirk adquiera una nueva dimensión que lo hace entre entrañable y divertido; un impecable Zachary Quinto como Spock, y un Simon Pegg como el magnífico y divertido Scotty (este actor británico cada vez me gusta más), J.J. Abrams ofrece un espectáculo visual impecable. Es una cinta precisa, no sobran minutos de acción y además, sabe regalar momentos geniales, como la nave Enterprise saliendo del océano o la simple presencia Benedict Cumberbatch, que llena la pantalla sin necesidad de decir nada.

La nueva cinta de Abrams supera con creces la primera entrega que nos ofreció el director de esta nueva versión de la saga. Trepidante, es una nueva ocasión de presenciar las conversaciones entre Kirk y Spcok, esas dos vertientes del ser humano representadas en dos personas diferentes: la impulsividad y la racionalidad, que, como un ying y yang, acaban descubriendo que ambos tienen un poco del otro; una relación que empezó a gestarse en la primera entrega y que en esta cinta evoluciona para ser una de las bazas por las que apuesta el guión, con acierto. Y es, también, una nueva oportunidad de reconciliarse con su director, que últimamente ha demostrado que también puede hacer las cosas muy mal (véase el fiasco que supuso Alcatraz, como un ejemplo). Pero sin duda, lo mejor es, como decía antes, Benedict Cumberbatch y su personaje, que borda y del que nos gustaría saber más.

En definitiva, probablemente no sea la mejor película del año, pero si lo que uno espera es pasar un buen rato, disfrutar de una buena acción y unos cuantos efectos especiales, esta cinta no les defraudará.

Trance, de Danny Boyle

23 martes Jul 2013

Posted by encuentosydesencuentos in Cine

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Christopher Nolan, Danny Boyle, James McAvoy, Origen, Trance

Si una cosa caracteriza al director Danny Boyle es su irregularidad. Ha sido capaz de crear joyas del séptimo arte como Trainspotting, ha conseguido conmover a la academia americana con la oscarizada Slumdog Millionaire, pero a su vez es el creador de películas como La playa o su última cinta, Trance, una especie de juego de malabares que intenta emular al Origen de Nolan, pero sin conseguirlo.

Trance dos

Protagonizada por un James McAvoy que parece estar en estado de gracia últimamente y con un Vicent Cassel que al final se va a cansar de hacer siempre el mismo papel, Trance parte de una buena premisa. Quiere dar una vuelta de tuerca a las películas de robo y lo hace a través de la amnesia. ¿Qué pasaría si robaras algo y luego no recordaras dónde lo has escondido? Como premisa es buena. Y la idea de recurrir a la hipnosis para desentrañar el misterio de la mente del protagonista es también una buena idea, ya que permite engañar al espectador con un juego de luces que le impiden saber qué es lo que está ocurriendo en el momento y qué es fruto del recuerdo de Simon (James McAvoy). Pero a partir de aquí, la cosa falla. Es cierto que la película tiene un ritmo que te puede mantener atento y alerta, pero hay un punto en el que lo único que quieres es decirle al director, o al guionista, o a los dos, que ya basta, que no cuela.

Cuando Christopher Nolan nos regaló Origen, muchas personas comentaron lo confusa que podía llegar a ser la película, que en ocasiones los propios personajes se explicaban mutuamente lo que estaba pasando para que así lo comprendiera el espectador y que eso le quitaba valor a la cinta (opinión que yo, personalmente, no comparto, pero eso ya sería otro tema). Pero una vez se ha visto Trance, la película de Nolan parece lo más sencillo del mundo, no porque no sea compleja, sino porque, de hecho, está perfectamente ordenada, trazada y planteada; no hay caos. Si uno sigue atentamente la película sabe en cada momento dónde está, en qué fase del sueño se encuentra y a dónde se dirigen los personajes. En cambio, por mucho que uno se esfuerce en seguir los giros, regiros, túneles y bifurcaciones que crean John Hodge y Joe Ahearne, guionistas de Trance, es imposible saber si lo que estás viendo forma parte de la realidad, de un recuerdo, de una memoria implantada, borrada o manipulada. Si bien es cierto que eso ayuda a ponerse en la piel del protagonista y a comprender que se sienta perdido hasta la extenuación, también ayuda a que el espectador se canse y no se trague la resolución final que, dicho sea de paso, puedes intuir a grandes rasgos en el minuto diez.

Es una pena que premisas tan buenas acaben desembocando en películas que no les hacen justicia. Algo parecido sentí cuando vi La isla, de Michael Bay, con Ewan McGregor y Scarlett Johansson. Si quitamos el hecho de que en el tráiler desvelaban uno de los misterios más interesantes de la película (si alguien no la ha visto, aquí va un spoiler, pero en el maldito tráiler ya se decía que eran clones), la película parecía fascinante. Pero lo que podía ser una película de ciencia ficción que reflexionaba sobre los límites de la ciencia y de la vida, se convertía en una película de acción con caídas imposibles de las que los protagonistas salen sin un rasguño para acabar con un final edulcorado que desmerecía la premisa de la que partía el film. En el caso de Trance, también hay una sobredosis, pero no es tanto de acción como de imágenes superpuestas, que se suceden y se acumulan en la retina del espectador hasta saturarlo. Es una pena. Pero quizás en la siguiente Danny Boyle nos vuelva a sorprender…

Martyrium, de Vicente Garrido y Nieves Abarca

23 martes Jul 2013

Posted by encuentosydesencuentos in Lecturas y reseñas

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Crímenes exquisitos, Ediciones Versátil, Martyrium, Nieves Abarca, Vicente Garrido

Cuando en 2002 Liliana Cavani dirigió El juego de Ripley (Ripley’s Game), con el papel de Tom Ripley interpretado por un magistral John Malkovich, recuerdo que me vino a la mente una pregunta: ¿cómo una persona con una capacidad extraordinaria de apreciar y emocionarse con la belleza, con la estética, es capaz, a su vez, de cometer los crímenes más fríos y despiadados sin ni tan solo inmutarse? Parece que Vicente Garrido y Nieves Abarca han ido un poco más allá y, tanto en Crímenes exquisitos, como en la recién publicada Martyrium (Ediciones Versátil), hacen que un psicópata mezcle el arte y sus pulsiones homicidas hasta tal punto que el asesino solo puede crear verdadero arte cuando la obra está viva… o lo estaba, ya que debe arrancarles la vida a sus víctimas para crear obras verdaderamente artísticas.

 

martyrium

ARGUMENTO

Martyrium retoma los personajes y las tramas que ya aparecieron en Crímenes exquisitos, pero nos hace dejar España para adentrarnos en las calles de Roma, en sus iglesias, en sus misterios. Pero no encontraremos únicamente a Valentina Negro y a Javier Sanjuán. Entre sus páginas nos toparemos con personajes de aquellos que uno espera que sólo existan en la ficción, porque producen un rechazo visceral solo con leer su nombre en el papel. Y es que la trama se complica, se expande y se adentra en otras sombras del ser humano.

Pedro Mendiluce ha conseguido orquestar desde la cárcel una serie de operaciones que tendrían que permitirle salir libre de todas las acusaciones que recaen sobre su persona. Para ello, un profesional, peligroso y sin escrúpulos, secuestra a Marta, la hija de la magistrada Rebeca de Palacios, para chantajearla y obligarla a que firme una sentencia de inocencia. Ante esta situación, Rebeca de Palacios llama a Valentina Negro, amiga de la infancia, para que vaya a Roma a rescatar a su hija.

Mientras, en Roma, una serie de asesinatos están conmocionando la ciudad. Javier Sanjuán se verá implicado en la investigación de los crímenes tras haber sido invitado a la ciudad por Alessandro Marforio, el hermano de una de las víctimas, que quiere encontrar al asesino cueste lo que cueste.

OPINIÓN

Uno de los aspectos más interesantes de esta novela y que demuestra que los autores saben perfectamente lo que están haciendo en cada momento es que, a pesar de saber quién es el asesino – lo sabemos porque aparece en el primer capítulo y porque los autores nos dejan entrar en su mente en diversas ocasiones, algo bastante perturbador, ya que ver el mundo a través de un ser como ese no es agradable –, seguimos leyendo y pasando páginas. Estamos acostumbrados a que las novelas nos mientan, jueguen con nosotros y nos sorprendan al final, revelando por fin toda la verdad que ha estado oculta desde el principio. En cambio, Vicente Garrido y Nieves Abarca consiguen que queramos seguir leyendo. Es probable que sepamos cómo acabará la historia, pero su manera de escribir y de adentrarse en la mente de cada uno de los personajes es admirable y es, probablemente por eso, por lo que seguimos leyendo.

Sin embargo, la trama no es de esas en las que pasas las páginas como si no hubiera un mañana. Es una trama que avanza a un ritmo que nunca se detiene pero que nunca se acelera. Lo que nos interesa no es descubrir al asesino (ya sabemos quién es), sino adentrarnos en la mente de los personajes, ver cómo reaccionan, cómo se las arreglan para desentrañar los misterios que nosotros ya sabemos pero ellos desconocen. Nos podemos identificar con las ansias de venganza de Alessandro Marforio, con la desesperación de Rebeca de Palacios, obligada a renunciar a todo lo que cree por amor a su hija, o con el miedo que siente Javier Sanjuán al descubrir quién anda suelto por Roma. Se trata de ir conociendo a todos los que habitan estas páginas y adentrarse en la psique humana que, en alguno de los protagonistas, es realmente perturbadora.

La capacidad descriptiva que destila este libro entronca con el anterior. Es detallista hasta llegar al límite de lo insoportable, no porque los detalles cansen, sino porque incomodan, revuelven la tripa del lector, que ve cómo, página tras página, el horror se desgrana lentamente y de una manera casi palpable. Hay momentos en que necesitas cerrar el libro, no porque no esté bien escrito, sino por todo lo contrario. Su implacable capacidad de entrar en la mente humana, en la de todos y cada uno de sus personajes y ahondar en sus pulsiones, en sus miedos y en sus deseos hace que, en ocasiones sea difícil no visualizar lo que narran los protagonistas. Y claro, cuando entramos en la mente de Patrick Doyle o Giovanni Nero, lo cierto es que ver lo que ellos ven y sentir lo que ellos sienten es realmente inquietante. La crueldad, la humillación y la brutalidad sexual; el desprecio y las ansias que el asesino transmite de ver el dolor ajeno y el placer que eso le provoca hacen que el lector se revuelva en su asiento.

Cuando la ficción es tan precisa y transmite en primera persona ciertos horrores, uno se pregunta qué le pasa al ser humano. Porque solo hay que poner las noticias para escuchar casos de secuestros, violaciones, trata de blancas y horrores diversos. ¿Quién fue el que consideró que por tener cerebro y capacidad de razonar éramos mejores que los animales, que éramos seres morales? Es precisamente esa capacidad de pensar, de maquinar, lo que hace que, en ocasiones, nos convirtamos en algo peor que una bestia. Theodor Adorno ya se reveló ante el horror de los nazis y se preguntó cómo era posible que un ser racional hiciera eso. ¿Cómo? Porque aplicaron la razón y crearon una maquinaria, una fábrica de muerte. Algunos de los personajes de Vicente Garrido y Nieves Abarca hacen que nos preguntemos cómo es posible que el ser humano sea capaz de despreciar tanto la vida humana. Una pregunta que, tras cerrar el libro al haber llegado a la última página, uno sigue planteándose durante varios días.

Una lectura que, en definitiva, no deja indiferente.

 

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