En abril, coincidiendo con Sant Jordi, la editorial Roca publicó El Sr. Penumbra y su librería 24 horas abierta, de Robin Sloan. Se trata de un libro entrañable que plantea un sueño para cualquier lector amante de los libros: un lugar al que ir 24 horas al día a por libros. Pero no os penséis que es una novela que habla de adoradores del papel encuadernado. Es mucho más. Y es, además, una lectura ligera y divertida que te deja un gran sabor de boca.

Argumento:
Clay Jannon, un joven que domina el mundo del marketing y las nuevas tecnologías, es uno más de los afectados por la crisis y ha visto como la empresa en la que trabajaba tenía que cerrar. Desesperado por encontrar un trabajo, deambula por San Francisco intentando mantenerse alejado de su ordenador, para evitar ponerse a leer cualquier artículo en lugar de buscar empleo.
El destino querrá que se encuentre ante un cartel curioso: «puesto vacante, turno de noche, requisitos específicos, bien remunerado». El cartel está en la puerta de una librería 24 horas, la librería del Sr. Penumbra. Cuando Clay entra, no puede evitar fijarse en las estanterías interminables, que suben hasta el techo, a los libros amontonados, y al peculiar hombrecillo que le da la bienvenida y lo contrata para el turno de noche.
Clay no sabe si a lo largo del día hay muchos clientes, pero está claro que no los hay en el turno de noche. Además, los pocos clientes que entran son los que vienen a pedir prestado libros de la parte de atrás de la librería, con títulos incomprensibles y de autores que no figuran en Google.
Poco a poco, y movido por la curiosidad, Clay, junto a sus amigos, irá desvelando el secreto oculto en la librería del Sr. Penumbra y descubrirá que es un secreto mucho mayor de lo que pensaba: un secreto que recorre todo el país y que se remonta siglos atrás, cuando un hombre decidió dejar en un texto el mensaje que, supuestamente, desvela el secreto de la inmortalidad.
Opinión:
¿Cómo resistirse a un título así? Imaginad una librería abierta 24 horas, a la que pudieras acudir cuando tuvieras un arrebato lector y no encontraras el libro adecuado en casa. Sería el paraíso. Y si además estuviera recubierta del misterio que ocultan las altas paredes de la librería del Sr. Penumbra, sería un paraíso en el que quedarse a investigar, como hace el protagonista de esta novela, Clay Jannon.
El momento en que Clay entra en la librería del Sr. Penumbra parece un pequeño homenaje a la escena en que Bastian entraba en la librería del señor Koreander para escapar de sus perseguidores y para encontrar el libro que le cambiaría la vida: el mismo cartel en el cristal de la puerta, leído al revés; el mismo aspecto de librería de vieja que guarda en sus entrañas más secretos que los propios libros. Clay tal vez no encuentre en la librería del Sr. Penumbra el libro que abre las puertas del mundo de Fantasía, pero sí encuentra un misterio que resolver. Y como Bastian, deberá sustraer un libro sin permiso de la librería para descubrir el misterio.
Pero Clay no deberá enfrentarse al misterio solo. Tendrá la ayuda de Kat, una reciente novia que trabaja en Google y que no sabe pensar en otra cosa que en las posibilidades que abre la tecnología; de Mat, un genio de las maquetas que trabaja en atrezo; y de Neel, un amigo de la infancia que ahora es multimillonario, con el que Clay compartía la pasión por un libro, del que hablaré luego. Juntos descifrarán más de una clave secreta y se adentrarán en un enigma del siglo XV.
Aunque la idea de adentrarse en sociedades secretas, túnicas negras y libros con mensajes encriptados parezca algo típico y ya tratado más de una vez (los mensajes secretos han sido explotados por Dan Brown con un éxito increíble), lo cierto es que Robin Sloan ha sabido mezclar esos escenarios con las nuevas tecnologías hasta crear un equilibrio más que correcto. Eso sí, hay que decir que cuando uno va leyendo este libro se pregunta si los creadores de The Big Bang Theory no estarán en lo cierto, y todos los genios son unos freaks de cuidado, porque cada vez que Kat abre la boca, o aparece alguno de los trabajadores de Google, parece que vivan en bytes y no en el mundo real.
El autor, Robin Sloan, quien ha trabajado en el mundo de las nuevas tecnologías (trabajó durante algunos años en Twitter), ha sabido mezclar en esta novela la pasión por los libros y la pasión por la tecnología; ha enfrentado dos mundos rivales, la página escrita y encuadernada y el libro digital, los que se aferran a lo conocido y los que no quieren saber nada de cualquier objeto que tenga un aire anticuado, aunque se trate de un libro recién salido de imprenta. Lo interesante es que, a través de Clay y el Sr. Penumbra, ambos mundos se tocan. ¿Podrá Google revelar el misterio del siglo XV y desvelar el secreto de la inmortalidad que la sociedad Lomo Intacto espera encontrar en esos libros? ¿O la respuesta estará en el lugar menos esperado?
Una de las sorpresas del libro, además de ser una lectura divertida, amena y vital, es que te hace buscar una y otra vez algunas de las referencias que aparecen en el libro para saber si son reales. Un ejemplo es el libro El Canto del Dragón, de Clark Moffat. Se trata del libro de cabecera de Clay, su lectura favorita desde pequeño y lo que le une a Neel, pues durante años crearon un juego de rol de ese libro. Es más, siguen llamándose por su nombre de rol cuando se animan a emprender una misión. Un libro que irá apareciendo a lo largo de la novela y que es más importante de lo que parece. Otro ejemplo de búsqueda constante es la referencia a la tipografía Gerritszoon de la que Clay habla tan a menudo. Una curiosidad: si uno busca Gerritszoon en Google, descubrirá que existe, pero que es algo muy distinto a lo que el autor explica en el libro; Gerritszoon era un pirata.
Pero más allá de las curiosidades, de los misterios y de la fascinación por los libros, este libro está lleno de referentes a las nuevas tecnologías, a la era digital y a los ordenadores. Reconozco que es una parte en la que uno se puede perder si desconoce por completo este mundo e intenta entenderlo a la primera; pero es una parte divertida que, como decía antes, parece revelar que los genios informáticos son un poco raritos. No sé si será verdad, pero le da un aire divertido al conjunto.
En definitiva, El Sr. Penumbra y su librería 24 horas abierta es una lectura ligera, divertida y entretenida que muestra lo importante que es encontrar una pasión en la vida, sea cual sea, y saber trabajar con ella y que se atreve a desvelar el misterio de la inmortalidad. ¿Será un libro? ¿Será el hecho de escribir un libro y quedar inmortalizado en cada lectura que alguien realice? ¿O la respuesta estará en el misterio de la vida, en aprender a vivirla?
Si queréis pasar un buen rato con un libro sin pretensiones pero que arranca más de una sonrisa, con pequeños misterios y una buena dosis de personajes curiosos, apasionados y entrañables, esta es una buena opción.
Inés Macpherson