Hace unas semanas tuve el placer de tener en mis manos la primera obra de esta autora estadounidense, Audrey Nifenegger, titulada La mujer del viajero en el tiempo. Ahora, he tenido de nuevo el placer de poderme sumergir en su segunda novela hasta la fecha: Una inquietante simetría (Her Fearful Symmetry, que la editorial Salamandra publicó en noviembre de 2010).
Si en su primera obra, Audrey Niffenegger nos obsequiaba con una historia de amor que superaba los límites del tiempo, esta vez la autora se adentra en el universo de lo oculto, en el mundo de los fantasmas, para otorgar al lector una historia llena de matices, de giros y de personajes extraordinarios que seducen y atrapan desde las primeras páginas del libro.
Una inquietante simetría empieza con una muerte, la de Elspeth Noblin, un funeral y un testamento. En ese testamento se indica que la propiedad de Elspeth, un apartamento colindante con el cementerio de Highgate, pasa a ser propiedad de sus sobrinas, las gemelas Julia y Valentina, hijas de su hermana gemela Edie, a la que hace veinte años que no ve. No sabemos cuáles son los motivos ni los secretos que oculta esa decisión, ni por qué llevaban tanto tiempo sin verse las hermanas Noblin. Pero el hecho es que, Julia y Valentina Poole deciden aceptar la oferta y abandonan Estados Unidos para trasladarse a Londres.
Allí descubrirán el universo de su tía y de sus amigos: Martin, un erudito atrapado por un trastorno compulsivo que le impide salir de casa; y Robert Fanshaw, amante de su tía Elspeth, que se dedica a hacer de guía por el cementerio de Highgate para así escribir una tesis sobre la historia del lugar y la de todos los fantasmas que lo habitan. En este marco extraordinario, con el cementerio siempre de fondo, augurando algún misterio tras las lápidas de las tumbas que contemplan el ir y venir de los vivos que habitan el edificio de Vautravers Mews, las dos gemelas serán expectadoras de miedos, esperanzas y descubrirán algunos secretos ajenos pero, sobre todo, se adentrarán en una convivencia donde todo lo que daban por seguro se desmontará. Y es que el universo de las gemelas, siempre tan protegido y calculado, resguardado bajo el amparo de sus padres, Edie y Jack, se verá agitado por algo que ninguna de las dos hermanas esperaba encontrar en Londres: el deseo de tener una vida propia.
Narrada de una manera impecable, llena de descripciones que permiten al lector ver el Londres que Julia y Valentina caminan y ahondar en los sueños y los conflictos que las devoran por dentro, esta historia juega con los relatos de fantasmas, pero dándoles un nuevo aire. De la misma manera que Audrey Nifenegger consiguió llevar a un nuevo estadio la ciencia ficción y los viajes en el tiempo con su primera novela, ahora se permite el lujo de deambular por las angustias, las dudas y los sueños de los muertos que no consiguen huir de su vida pasada, otorgándoles un carácter más cercano, menos tétrico, aunque igualmente sobrecogedor e impactante.
Para no desvelar los secretos que lentamente se irán desgranando a lo largo del libro de la mano de las gemelas y de Robert, no diremos más de la trama. Sólo diré que, al cerrar el libro, uno tiene ganas de visitar el cementerio de Highgate y de descubrir todas las historias que ocultan las lápidas, así como de encontrar ese patio trasero que se comunica con el cementerio y que ha visto tanto amor y tanto dolor en tan poco tiempo. Y es que Una inquietante simetría tiene la capacidad de mostrar, a través de diferentes personajes, las distintas formas en que puede mostrarse el amor, a veces tierno, a veces cruel, a menudo egosita, y las distintas maneras que éste tiene de desgarrar el alma, de doler a niveles que, a menudo, son insoportables. En definitiva, una historia tierna y fascinante, romántica y a la vez oscura, narrada de la mano de unos personajes que dejarán huella en el lector.
Esta mujer ha sido para mi un gran descubrimiento y espero que siga escribiendo y sorprendiendo a sus lectores con obras como esta.